- 24 Ene 2011, 14:54
#103
Hola a todos!!!
Va quedando menos para la Maratón de Sevilla y la preparación va por buen camino. Hoy he corrido con muy buenas sensaciones. He notado los beneficios de no cargar en exceso la semana.
La mañana fría, con lluvia suave e intenso viento; lo que bajaba la temperatura mucho por debajo de los grados centígrados que marcaba el termómetro. Hoy había muchos comentarios sobre la ropa a usar. Desde camisetas térmicas, gorros, guantes y mallas a los pantalones cortos y las camisetas de tirantes. Yo use camiseta térmica, camiseta de tirantes y pantalones cortos.
Salí un poco retrasado y a un ritmo bajo, temeroso de una caída en los resbaladizos adoquines. Una vez abandonado Morón de la Frontera, decidí poner la velocidad de crucero. Adelanté a la veterana María Belmonte, que hoy, ante la ausencia de rivales de peso iba a un ritmo más bajo de lo habitual. Después sintiéndome suelto y con piernas, seguí adelantando a compañeros y buscando mi posición real de carrera. El perfil de la carrera, que transcurre por la carretera Morón-Arahal, es ondulado, con pequeñas subidas y bajadas, salvo dos subidas de peso. La del km 16-17 y la más dura, entrando a Arahal sobre el km 19-20. Esta última si se nota en las piernas y en el resuello, pero ante la inminente llegada a la meta, se olvida pronto. Nueva trampa disfrazada de adoquines mojados asechaban en Arahal. Comentaba Vicentito, que oyó como se caía un atleta y el ruido que provoco. Toda precaución es poca y más vale perder unos segundos que no toda la carrera.
1h21m59sg registró el reloj oficial y se cierra el periplo de carreras antes de la gran cita. Sin molestias aparentes en las piernas y con tan solo algunas rozaduras en los dedos, me confirman que las zapatillas elegidas para los 42 km serán las Kalenji Inspid Comp. Las rozaduras me las ha provocado, la ausencia de plantilla y una mala técnica de carrera. Hoy tenía la cabeza en otros pensamientos y la técnica se ha resentido. Como sentía protegidos los pies, he utilizado la cabeza para alentar mi velocidad, olvidándome de un control riguroso en la técnica.