- 24 Abr 2017, 21:45
#39689
Te voy a contar mi historia.
Yo nací con las piernas terriblemente torcidas (genus valgo), me la pasé en todos los consultorios de ortopedia infantil, que te puedas imaginar y finalmente terminé necesitando tres cirugías de ambas rodillas y una cantidad ingente de titanio, estas fueron a los nueve, los once y los trece. En cada una de ellas terminaba en silla de ruedas, pero finalmente pudieron enderezar mis piernas de una manera medio decente.
De todas maneras, las alteraciones en los ángulos de mis piernas, producían defectos en mi pisada, que lograron que tuviera pies planos, con unos ángulos muy... como decirlo... peculiares.
Durante unos años, me pusieron unas botas ortopédicas y luego unas plantillas, hasta que cuando tenía cinco años mis padres encontraron al cirujano de ortopedia que fue el que finalmente logró alinear mis piernas y el primer consejo que le dio a mis padres en la primera consulta al ver mis pies planos, fue "Quítenle los zapatos al niño para que pueda fortalecer los pies y compensar, sino va a caminar toda la vida como un tonto sin mama" desde entonces, para horror de mi madre, tenía que estar la mayor parte del tiempo descalzo y logré desarrollar un arco del pie muy bueno y fuerte.
Esta historia, te la cuento solo para ilustrar un caso particular que demuestra que las plantillas no son indispensables, ni siquiera en los peores escenarios, de todas formas, te digo que es una experiencia, no un consejo, pues yo mismo soy médico y no recomiendo ninguna medida física o farmacológica sin conocer de primera mano el caso clínico y la historia, por eso no puedo darte ninguna recomendación diferente de consultar con varios especialistas que te den sus puntos de vista. Te recomiendo que busques algún profesional que no sea de mente cerrada o que tenga experiencia en la biomecánica del pie descalzo. De esta manera tienes varios puntos de vista y puedes tomar una decisión informada